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Blog de Vanina L.B. Berón

Blog de Vanina Ludmila Betiana Berón - San Nicolás de los Arroyos - Buenos Aires (Arg.)

viernes, 7 de diciembre de 2018

2018

Primera publicación de este año. También la última del 2018?

martes, 8 de diciembre de 2015

Ser anfitriona


Cada una de nosotras hacemos de nuestra casa un hogar de comodidades a nuestro gusto y cada vez que recibimos visitas tratamos de ser lo más amables posibles tratando de que cada uno de nuestros invitados se sientan a gusto.
En nuestra casa comenzamos a practicar el arte de la hospitalidad, nunca se sabe que nos depara el destino y de qué manera nos vamos a relacionar.
En la vida social debemos continuamente tratar con personas de diferentes estratos sociales y en cada uno de nuestro actuar demostramos nuestra educación y conocimientos en buenos modales y cortesía.
Según el manual de Carreño, se llama urbanidad “al conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás la benevolencia, atención y respeto que les son debidos”
Toda niña desde muy pequeña debería tener instrucción al respecto para poder desenvolverse el día de mañana con la mayor comodidad posible. El respeto es un punto principal de que debe tenerse en cuenta para demostrar que tenemos una buena educación.
Es muy importante tener en cuenta los conceptos básicos para saber poner la mesa de manera correcta:
De mayor a menor tamaño y de izquierda a derecha. Empezando por la izquierda, primero la copa para el agua, luego la de vino tinto y luego la de vino blanco; entre estas dos últimas se coloca la copa de cava o champagne.
 Enfrente del plato, un poco a la izquierda, se coloca el platito del pan. El pan se cortará con la mano (nada de cuchillo), y las migas, a ser posible, que caigan en el platito (para algo se pone).
 Por último, no se ponen ceniceros en la mesa. Si hubiese fumadores entre los comensales los ceniceros sólo se sacarán cuando se sirva el café
Con respecto al servicio de la comida, también debemos tener ciertos conocimientos. De nada sirve preparar excelentes alimentos si el menú no está bien armado y que impidan que cada plato sea disgustado de forma placentera, pudiendo captar cada uno de los sabores. Es por este motivo que debemos saber que en general la comida se sirve en orden creciente de intensidad.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Los Bailes


A continuación expondré ciertas reglas que aunque hoy en día parezcan fuera de moda, muchas de ella deben prevalecer hasta el día de hoy y considerarse importantes para cuando nos encontramos en una fiesta y debemos sociabilizar en un baile con otros invitados, sean estos conocidos o desconocidos.
Cuando se invita a un baile, se debe procurar un cuidado especial entre las personas que estén en capacidad de bailar, y de no encontrarse un mayor número de señoras que de caballeros. Y como puede suceder que las excusas, o cualesquiera otros accidentes que no puedan preverse, vengan a producir este resultado, deberá invitarse siempre mayor número de caballeros que de señoras.
A los anfitriones, no les es lícito bailar sino por un corto rato, y sólo por vía de obsequio a alguna persona respetable; bien que nunca ambos a un mismo tiempo, pues entonces quedaría la reunión enteramente privada de sus atenciones, las cuales no deben sufrir interrupción alguna.
En los intermedios del baile, los dueños de la casa harán circular entre las señoras, por medio de sus asistentes o mozos, aquellos refrescos que hayan preparado para el momento, durante el tiempo que precede a la cena: y en el primer intermedio, instarán a los caballeros a tomarlos por sí mismos en todo el curso de la reunión.
Las personas que sin poseer la disposición y los conocimientos necesarios toman parte en el baile, no hacen otra cosa que servir de embarazo y de incomodidad a los bailadores realmente hábiles.
No es buen visto en un caballero, invitar a bailar a una señora con quien no tenga amistad; a menos que al efecto se haga presentar ocasionalmente a ella.
El agruparse varios caballeros para invitar a bailar a una señora con afanoso empeño, ofende a las demás señoras que observan una tan marcada muestra de preferencia que las deprime ante sí mismas y ante los demás, y de que por tanto no dan jamás ejemplo los caballeros de buena educación, los cuales ostentan siempre aquella noble galantería que en sociedad concede iguales derechos a todas las señoras. Y es de notarse que este acto, así como cualquiera otro que pueda ser mortificante, no ya a una señora, sino a cualquier caballero, compromete la responsabilidad de los dueños de la casa, cuya invitación se acepta siempre bajo la implícita condición de que en ella no habrá de experimentarse ningún género de desagrado.

Cuando una señora no acepte la invitación de un caballero para bailar, manifestándole que no está dispuesta a tomar parte en el baile, se abstendrá de hacerlo en todo el curso de la reunión, pues de lo contrario sería una muestra de descortesía, enteramente ajena del carácter amable y eminentemente inofensivo que debe distinguir siempre al bello sexo. Y si la causa de su negativa llega a desaparecer en el curso de la reunión y se siente luego dispuesta a bailar, no lo hará sin hacer llamar a aquel caballero y ofrecerle su aceptación, hecho lo cual, y aunque a él no le sea dable aprovecharse de este ofrecimiento por tener ya otros compromisos, podrá ya libremente tomar parte en el baile con cualquier otro caballero.

jueves, 20 de marzo de 2014

Aplicación de Social Media en eventos

Hoy en día debemos actualizarnos con respecto a la gestión de eventos. Hoy en día se habla muchísimo de los Eventos 2.0 y debemos saber muy bien lo que significa.
Para comenzar a explicar esto debemos tener en cuenta ciertos puntos: el número de asistentes al evento- el número y tiempo de relaciones- el porcentaje de éxito de cumplimiento de los objetivos del propio evento- el porcentaje de éxito de la organización del siguiente evento.



En esta nueva forma de gestión de un evento debemos considerar los beneficios de este nuevo planeamiento.
Estos beneficios son por ejemplo: la incrementación del número de asistentes al evento, la incrementación del número y tiempo de relaciones entre la organización y los asistentes, y entre los propios asistentes, la incrementación del porcentaje del éxito de la organización del siguiente evento.
Este tipo de eventos, consiste en una filosofía 2.0. en el proceso de gestión de un evento. Para entender un poco sobre esta filosofía 2.0. debemos saber qué es lo que habitualmente se conoce como SOCIAL MEDIA o WEB 2.0. y que es un conjunto de soluciones de internet que están transformando la sociedad al promover nuevas formas de comunicación, relación, participación, promoción y colaboración.
Para saber cómo llevarla correctamente a la práctica debemos considerar los procesos de la gestión y las actividades que deberemos desarrollar en cada una de esas etapas.
Cuando hablamos de preparación del evento debemos tener cuidado en el contenido que ese evento va a tener, los usuarios pueden participar en parte de ese contenido.
Luego, cuando estamos en la etapa de promoción debemos saber que con respecto a la agenda o programa del evento, cada participante puede elaborar su propio programa de asistencia. En esta misma etapa debemos planear la venta de tickets, la presencia en internet, crear espacios del evento en distintos entornos en internet, la participación en concursos, la creación y comunicación del contenido conferenciantes al evento, propiciar el inicio de las relaciones con la organización y con otros asistentes.
En la realización del evento, la comunicación es muy importantes, el empleo de medios digitales para la comunicación durante el evento para las personas que asisten como para lasque no asisten, la retransmisión en directo del evento vía internet, la participación en concurso, esta vez dentro del evento.
Para finalizar,  la opinión de los participantes es de suma importancia, recoger estas opiniones también; y no olvidarnos nunca de recoger y comunicar el contenido del evento en videos, fotos, presentaciones, etc.
Los beneficios que podemos encontrar en la realización correcta en cada una de estas etapas son muy satisfactorios. En la promoción podemos ganar el aumento en nuestro números de asistentes, en la realización podemos aumentar el número de relaciones, alargar el tiempo de dichas relaciones, aumentar el porcentaje del éxito de cumplimiento de los objetivos del propio evento, y en la finalización aumentamos el porcentaje de éxito de la organización del siguiente evento.
Debemos conocer las principales Redes Sociales y sus funcionalidades.
En Facebook podemos promocionar el evento, comunicarnos con los potenciales asistentes y atraer más visitantes.
En YouTube podemos utilizarlo antes y después del evento con todo el material del mismo.
En Twitter promocionamos el evento, nos comunicamos con los potenciales asistentes, y atraemos a visitantes.
Con TweetWally visualizamos todos los mensajes de un evento.
Con Sched.org podemos ver el programa, ver quien acude a una determinada sesión, realizar el programa personalizado, etc.
Con Ning podemos reunir a los asistentes en una red social especial para nuestro evento.

Las soluciones existentes en internet tienen un precio cero o muy económicos,
No se requieren conocimientos ni capacidades técnicas.
Se accede a un público numeroso, sitios de más tráfico: Facebook, YouTube, Twitter, Flickr.


miércoles, 12 de marzo de 2014

La lengua informativa en la redacción de documentos militares

Características de la redacción de los documentos militares administrativos.

Es nuestro campo es muy importante tener conocimiento sobre la correcta escritura, siempre nos encontramos con artículos sobre las reglas de redacción en el ámbito social (ceremonial escrito), que se refieren sobre las formas de redacción en tarjetas personales, invitaciones, etc., también podemos ver muchos artículos sobre lo que hoy llamamos “netiquette” que se refieren a las reglas principales para la redacción correcta de e-mail y todo lo referido a la web.
Pero no debemos olvidarnos del ceremonial y protocolo castrense en cuanto a todo lo referido al  ceremonial escrito, ya que es algo a lo que ellos (los militares) le dan suma importancia.
Todos los documentos militares administrativos- cualquiera sea su índole- se redactarán en forma directa, concisa, clara, sencilla, y en correcto español. Los párrafos se elaborarán de tal manera, que su contenido y correspondiente sintaxis reflejen fielmente las ideas que se deseen transmitir. Para ello se evitarán las palabras irrelevantes, las figuras literarias no convencionales para este tipo de documentos, las expresiones de semántica oscura, y las oraciones y párrafos excesivamente extensos.
Se evitará el empleo de palabras en idiomas extranjeros, y sólo se admitirá el uso de estos vocablos cuando se trate de nombres propios o de expresiones que no tengan su apropiado sinónimo en el idioma y sean intraducibles. La correspondencia que se dirija a autoridades extranjeras deberá escribirse en castellano, pudiendo agregarse una traducción sin firma cuando ello fuere solicitado o cuando se creyese necesario. Sin embargo, el documento que se considere oficial será siempre el escrito en castellano.
Cuando fuere conveniente, se ilustrará el teto mediante gráficos, fotografías, etc.
En una misma nota o expediente no deberá tratarse asuntos de naturaleza distinta. Una excepción a lo indicado, lo constituye el memorándum, documento que admite el tratamiento de asuntos de naturaleza distinta.
Tratamiento de las personas.
En la correspondencia oficial, se suprimirá todo texto de preámbulo o de culminación que no se refiera al objeto de la comunicación.
Las expresiones empleadas en la correspondencia serán sóbrias y de respetuosa consideración, tanto la dirigida desde el subalterno al superior, como de éste a aquél, evitándose las fórmulas vacias de contenido o de pura cortesía.
Destinatario. Recordar que:
AL SUPERIOR
AL SUB ALTERNO
Se eleva
Se remite
Se informa
Se comunica
Se solicita
Se ordena
Se requiere


EVITAR
USAR
Pongo en su conocimiento
Llevo a su conocimiento
Solicito a
Solicito de
Respecto a
Respecto de
Los mismos, las mismas (suele ser incorrecto y generar confusión)
Aquellos, aquellas (o el pronombre conveniente)

Los nombres de las personas, cualquiera sea su categoría, se escribirán completos y primero los nombres y luego los apellidos. Cuando se tratare de personal militar femenino casado, se podrá agregar el apellido de su cónyuge con la preposición “de” (Ley NO 23.515). Los apellidos se escribirán con letras mayúsculas.
Cuando se mencionaren nombres de suboficiales y soldados voluntarios, se consignará, a continuación M nombre y del apellido- y entre paréntesis- el número de identificación (NI); en caso de no habérsele asignado dicho número, se consignará el correspondiente al del Documento Nacional de Identidad (DNI).
Cuando se realizaren citas sucesivas referentes a la misma persona, solo se consignará el grado y el apellido.
El grado del personal militar femenino permanecerá invariable o sea en género masculino, anteponiendo el artículo – que definirá el sexo- al grado. Ejemplo: “…… la CAPITÁN Silvia GONZÁLEZ…”
  • En el texto de los informes, notas, etc., se escribirán con mayúsculas los apellidos, títulos, nombres de instituciones, organismos, lugares geográficos.
  • En la correspondencia dirigida a funcionarios que no pertenezcan a las Fuerzas Armadas, se emplearán, obligatoriamente, los términos de cortesía, por lo que deberán escribirse lo siguiente:
a.       Autoridades.
TRATAMIENTO DE AUTORIDADES NACIONALES, PROVINCIALES Y MUNICIPALES.
Personas
Encabezamiento
Texto
Antefirmas
Presidente de la Nación
SEÑOR PRESIDENTE DE LA NACIÓN:
Señor Presidente o Primer Magistrado.
Dios guarde al señor Presidente.
Presidente de la Suprema Corte de Justicia
SEÑOR PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:
Señor Presidente.
Dios guarde al señor Presidente
Presidente del H. Senado de la Nación
SEÑOR PRESIDENTE DE H SENADO DE LA NACIÓN:
Señor Presidente.
Dios guarde al señor Presidente
Presidente de la H. Cámara de Diputados
SEÑOR PRESIDENTE DE LA H CÁMARA DE LA NACIÓN:
Señor Presidente.
Dios guarde al señor Presidente
Ministros, Secretarios y funcionarios con jerarquías equivalentes
SEÑOR MINISTRO: SEÑOR SECRETARIO: (SEÑOR PRESIDENTE, ETC.)
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Miembros del Poder Judicial
SEÑOR JUEZ DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Miembros del Poder Legislativo
SEÑOR SENADOR: O SEÑOR DIPUTADO:
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Procurador General de la Nación
SEÑOR PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN:
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Demás Jueces del Poder Judicial
SEÑOR JUEZ:
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Embajadores Extranjeros
SEÑOR EMBAJADOR:
V.E.
Saluda a usted atentamente.
Gobernadores y demás funcionarios provinciales
SEÑOR GOBERNADOR (SEÑOR MINISTRO, ETC.)
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
SEÑOR JEFE DE GOBIERNO:
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Subsecretarios y funcionarios con jerarquía equivalente
SEÑOR SUBSERCRETARIO: (SEÑOR SUBPROCURADOR DEL TESORO, ETC.)
Usted.
Saluda a usted atentamente.
Nota: Responde a lo establecido en el Decreto 333/85. Se actualizó  la designación del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

b.      Eclesiásticas.
1.       Cardenales: Su Eminencia (Su Ema).
2.       Nuncios, Arzobispos y Obispos: Su Excelencia Reverendísima (S.E. Rvdma.)
3.       Internuncios: Su Excelencia (S.E.)

c.       Funcionarios. A los demás magistrados, dignatarios, oficiales de las FFAA y funcionarios, se los tratará según su cargo, anteponiéndose al nombre la palabra “señor”, y al nombre el título profesional o el grado – si lo tuviere- y la palabra “Don/Doña” o su abreviatura (D/Dña).

·         Escritura de fecha.
En el encabezamiento o al pie de toda correspondencia, se hará en forma completa. Ejemplo: 06 (dos cifras) de abril de 1998, 25 de febrero de 2000.
En la preparación de notas, informes, etc., en el lugar correspondiente a la fecha deberán dejarse cuatro espacios en blanco, los que serán completados una vez que la autoridad correspondiente los haya firmado.
·         Forma de escribir el lugar.
En el encabezamiento como al pie de todo informe, nota, etc. el nombre de la ciudad, localidad, etc. en la cual se redacta la correspondencia, - escrito con mayúsculas-, precederá a la fecha. La documentación tramitación tramitada en la ciudad de Buenos Aires llevará como lugar de procedencia esta denominación, quedando prohibido el empleo M término “Capital Federal”.
·         Escritura de horarios en la correspondencia
Será tenida en cuenta como única referencia, la hora oficial vigente en la Nación.  La hora correspondiente se escribirá con cuatro números separados por un punto, ejemplos: 21.30 hs, 12.00 hs, 23.45, 09.00 hs.
La forma de escribir la hora que determina el Reglamento “Escritura en Campaña” (RFD- 99-02) podrá emplearse en la correspondencia administrativa entre organismos militares exclusivamente.
·         Escritura de cantidades
Será expresada, con letras mayúsculas y a continuación, entre paréntesis, en números.
Las cantidades indicativas de dinero se expresarán en moneda argentina, en unidades de “pesos” y “centavos”, precedidas de la palabras “PESOS”. Ambos vocablos estarán escritos con mayúsculas. A continuación, entre paréntesis, dichas cantidades se repetirán en números y con los signos correspondientes.
Ejemplo: PESOS DOCE CON CUARENTA CENTAVOS ($ 12,40)
·         Escritura de abreviaturas
Las abfreviaturas militares detalladas en el Reglamento “Escritura en Campaña, (RDF- 99-02) podrán ser empleadas cuando el trabajo fuere difundido únicamente dentro del ámbito militar. Fuera del mismo, no será recomendable su uso.

DOCUMENTOS DE TRAMITACIÓN INTERNA
La documentación interna es aquella que se tramita:
a.       Entre dependencias que poseen el mismo número de código del organismo (según el registro de la Mesa de Entradas y salidas).
b.      Entre elementos de la Fuerza del Ejército que tienen asignado un número de código de elemento.
Definiciones.
a.       DOCUMENTACIÓN. Nombre genérico que se aplica a uno o más documentos.
b.      DOCUMENTO MILITAR. Toda pieza con información registrada en forma escrita, grabada, gráfica, fotográfica o cinematográfica, que sirve para tramitar aspectos de la función militar.
c.       EXPEDIENTE. Conjunto de documentos o actuaciones administrativas, originados a solicitud de la parte interesada o de oficio, y ordenados cronológicamente, en los que se incluyen informaciones, o antecedente relacionados con la cuestión tratada, a efectos de lograrlo elementos de juicio para derribar a conclusiones.

TIPOS DE DOCUMENTOS DE TRAMITACIÓN INTERNA
a.       RESOLUCIÓN. Medida que dicta el JEMGE u otra autoridad facultada para ello, y que, según el tema, puede tener vigor y curso dentro de la jurisdicción respectiva, o también fuera de ella.
b.      DISPOSICIÓN. Decisión emanada de una autoridad administrativa (comandantes, directores generales, directores y jefes que no tengan mando directo de tropas), sobre cuestiones o asuntos de su competencia.
c.       NOTAS U OFICIOS. Comunicación escrita, referente a asuntos del servicio, que se dirige de persona a persona y/o personas. Pueden ser de variado tipo y se clasifican en:
1-      Notas u oficios que dan origen a expedientes:
a)      NOTA OBJETO (EXPEDIENTE): Comunicación escrita referente a los asuntos del servicio que se dirige de persona a persona, con un objeto o finalidad determinada.
b)      NOTA MÚLTIPLE (EXPEDIENTE): Nota similar a la anterior, de la cual se elaboran varios ejemplares de un mismo tenor, y que se dirige a distintos destinatarios.
c)       INFORME (EXPEDIENTE): Dato u opinión fundados que se brindan acerca de un asunto determinado. Los informes se materializan, normalmente, a través de notas objeto.
d)      NOTA TRASLADO DE EXPEDIENTE (CONTINUACIÓN DE EXPEDIENTE): Comunicación que se refiere a un mismo tema o temas escrita que se traslada a otra área, y vinculados al objeto principal del cuerpo.
2-      Dictamen. Opinión que emite un órgano de consulta, basada en las normas jurídicas de aplicación, y según el caso, en la jurisprudencia o antecedentes que puedan existir, y que tiende a orientar a la autoridad que debe resolver el caso.
3-      Notas que no dan origen a expedientes.
a-      MEMORÁNDUM: Comunicación escrita para uso interno dentro de un organismo, que se cursa a una autoridad determinada, comunicándole una situación particular o exponiéndole elementos de juicio referentes a un asunto preciso, la solución del caso. El memorándum no da origen a un expediente.
b-      CIRCULAR: Nota de la cual se elaboran varios ejemplares de un mismo tenor y que se dirige a diversos destinatarios, a través de la cual se comunica una directiva de la autoridad facultada para impartirla, y que tendrá vigencia prolongada o por tiempo indeterminado.
c-       PARTE: Comunicación sintética que, por lo general, se efectúa a diario o periódicamente, para informar sobre un asunto determinado. Se dirige de persona a persona.
d-      DIRECTIVA: Es un documento propio de los niveles superiores de la conducción que permite determinar objetivos amplios, finalidades a alcanzar o previsiones de los planes.
e-      ORDENES DE RUTINA: Cubrirán las actividades normales o en operaciones de la Fuerza y se emitirán, normalmente, como Orden General Especial referidas a un tema particular, Orden del día, Boletines, etc.


viernes, 17 de enero de 2014

La prudencia como arte y la expresión de lo que cuenta

Estuve pensando un par de semanas sobre mi primer post y realmente no sabía que tema era el adecuado. Hablar de los orígenes del Ceremonial y Protocolo??? Mmmhhhh!!! … realmente no quería arrancar de esta manera, pero tampoco podía comenzar con cualquiera de los bellos temas que interesan a los ceremonialistas, organizadores de eventos y comunicadores en general y es por eso que decidí compartir con Uds. un trabajo de Domingo Fernández Agis sobre la prudencia. Creo que “la prudencia” es lo que debe caracterizar a cada uno de nosotros (los ceremonialistas), ya que en el área del Ceremonial y Protocolo debemos practicarla monótonamente y para muchos es un gran aprendizaje; no todas las personas poseen esta gran característica y es altamente necesaria en toda nuestra actividad.

En este texto Agis nos introduce a la visión de Gracián y nos explica su visión del mundo. Además, cuando nos habla de la prudencia nos introduce en el tema de la comunicación verbal, un tema muy importante para nosotros los ceremonialistas, el arte de hablar es algo que todos los profesionales de la materia deben tener en cuenta en cada una de las actividades, ya que muchos de nosotros nos enfrentamos ante este estrés (para la mayoría) y el arte de la escritura también es imprescindible, y la prudencia debe encontrarse en cada una de estas actividades.

Espero que les guste a todos y bienvenidos a mi blog, es mi deseo que disfruten de ésta y de las futuras publicaciones y que sea del interés de todos!!


La prudencia como arte y la expresión de lo que cuenta

Es sin duda Baltasar Gracián un autor de enorme influencia en diversas tradiciones filosóficas occidentales, baste citar en este sentido la deuda que hacia él reconocen pensadores como La Rochefoucauld, La Bruyère, Voltaire, Pascal, Schopenhauer, Nietzsche, Lacan o Jankélévitch. No hay que olvidar que entre sus mayores logros está el ser creador de una de las pocas obras, Oráculo Manual y arte de la prudencia, que han conseguido una perenne actualidad desde el momento de su publicación, en 1647. En efecto, el brillante escritor aragonés es uno de los escasos filósofos españoles que han alcanzado un reconocimiento general y merecido una atención constante por parte de otros pensadores foráneos de incuestionable relieve. Sin embargo, por sorprendente que resulte, nada de esto parece ser suficiente para que en su país de origen se le preste una atención para la que sin duda a su obra le sobran méritos.

Ignorado en los planes de estudio, tanto en el estudio de la Filosofía en la enseñanza media como en la universitaria, el contacto de un estudiante español con su pensamiento suele ser más fruto del azar que de cualquier otro factor. Huelga decir que otro tanto sucede con los lectores en general. Tal vez su condición de jesuita -pese a la evidente ausencia de encaje de su posición filosófica personal en la doctrina de la Compañía-, explique en parte una desconsideración, cuando no un rechazo, cuyo origen reciente tal vez habría que vincularlo a la reacción anticlerical de la intelectualidad española desde los últimos años del franquismo. Así ha sucedido también en otros casos, como fruto de la realización de una indiscriminada amalgama entre todo aquello que pueda oler a eclesiástico, tradicional o escolástico, aunque poca o ninguna realidad tenga tras de si semejante adscripción. Nada más injusto, de ser en este caso así, pues son bien conocidos los problemas que tuvo Gracián con la jerarquía y otros muchos miembros de la orden religiosa a la que perteneció, debidos a la originalidad e independencia de su pensamiento. Por otra parte, un elemento añadido que ha podido influir en la desconsideración de que hablamos es la etiqueta de cínico que, sin ninguna explicaciónni matiz, se le ha colgado en ocasiones.

Es verdad, como a veces se ha señalado, que hay en el pensamiento de Baltasar Gracián ciertos elementos que podrían entenderse como consecuencia de una postura cínica ante la vida. Sin embargo, expresado esto, tenemos que aclarar qué entendemos por cínico, en el sentido en que le estamos aplicando a él esa caracterización. No en vano hay que recordar que, en su acepción más corriente, el citado término tiene un sentido despectivo, aludiéndose con su uso a la postura ante la vida de quien hace gala de una búsqueda constante del beneficio personal, al margen de cualquier consideración moral, así como de una completa despreocupación por los demás. Sin embargo, si nos remontamos a su significado original, habla ríamos de la forma de pensar y actuar de quien, a falta de certezas que puedan proporcionarle una sólida base a su acción, se ampara en una racionalidad vocacionalmente de orden menor, apoyada a su vez en lo poco que el conocimiento práctico de la vida ha permitido establecer como verosímil, atendiendo en suma a lo que cuenta, a todo aquello en lo que nos jugamos algo que realmente nos importa. En tal sentido sí es cierto que podríamos aplicar a Baltasar Gracián el calificativo de cínico. Como es obvio, a muchos otros cínicos, podríamos asegurar que a gran parte de los reconocidos como tales, les vendría grande el adjetivo empleado de esa manera. Afecta esto a su forma de hacer filosofía y a su modo de expresarla. Sus pensamientos llegan por ello a nosotros empapados en un jugoso saber vivir y su actitud tiene, como primera finalidad, compartir sus máximas con aquellos que pueden entenderlas y practicarlas. Sin embargo, es preciso dejar bien claro que el suyo es un cinismo peculiar, que tiene precisamente su origen en la posición ideológica antagónica del cinismo: en un idealismo resignado a tener que habérselas con el maltrato que proviene a su vez de un mundo en el que poco o nada de cuanto acaece se acomoda a la virtud y la razón.

Por eso sus palabras están impregnadas de civilidad, pues saber vivir es ser capaces de compartir la existencia de un modo en que ésta, a pesar de tanto como hay en contra, se convierta en una experiencia gratificante. Algo que tiene una importancia especial en la época y en el lugar en los que Gracián escribe, en la España del siglo XVII, con el trasfondo de un país que está viviendo una auténtica edad de oro en su cultura, pero que, sin embargo, inicia entonces el declive político y económico que le llevará a sumirse en una de las crisis más profundas de su historia. Aunque no hay que olvidar, pese a todo, que la raíz de su filosofar no tiene menos vigencia en el presente de la que sin lugar a dudas tuvo en el momento que a él le tocó vivir. Pues es cierto que el cínico, siempre en el mejor sentido del término, puede encarnar hoy un tipo humano  que, al tiempo que pone en evidencia la vacuidad de ciertas convenciones sociales, demuestra tener la gallardía suficiente como para construir su identidad personal en medio de la incertidumbre más inquietante. Todo ello, sin dar la espalda a la posibilidad, por incierta y remota que esta sea, de hacer de ese esfuerzo constante un trabajo compartido. Porque la actitud vital del cínico posee un componente definitorio que se deriva de un marcado individualismo pero, al menos en lo que se refiere a la forma de proceder de Gracián, la singularidad se construye a través de la tensión positiva con lo colectivo.

A juicio de Baltasar Gracián, dos notas indican ante todo, por lo que se refiere a la manera de comunicarse con los demás, que se está en disposición de adoptar esa actitud. La primera consiste en saber cada cual afirmarse en la vida y encontrar su camino sin permanecer para lograr ese objetivo de forma constante en una disposición negativa, de oposición a todo aquello con lo que trabamos contacto. Gracián lo expresa diciendo que no hay que “tener espíritu de contradicción, pues es cargase de necedad y de molestia. Contra él debe levantarse la propia cordura. Poner objeciones puede ser ingenioso, pero el porfiado no deja de ser un necio. Estos convierten en guerrilla la dulce conversación y por ello son más enemigos de los más próximos que de los que no les tratan”. Aquí la discrepancia expresada a destiempo y de mal modo se convierte enindudable signo de incivilidad. No porque uno tenga que plegarse a la manera de pensar que resulte ser en cada momento más próxima al parecer común, pues en ningún momento pretende Gracián que el juicio del individuo se someta sin más a las disposiciones colectivas. Por el contrario, la postura que él defiende consiste en cultivar la diferencia pero sin olvidarnos jamás del derecho que tienen los demás a hacer otro tanto. Basta esta razón para justificar la necesidad de expresar nuestras opiniones tratando de no ofender a los otros y, sobre todo, no contradiciendo las ideas que ellos defienden, por el mero hecho de no ser nuestras, sin pararnos siquiera a pensar en la validez que pueda tener su fundamento.

La segunda de las notas antes indicadas es “poseer el arte de conversar”, pues éste “pertenece a las auténticas personas. En ninguna actividad humana se necesita más la prudencia, pues es la más común de la vida. Aquí se decide el ganar o perder. Si la prudencia es necesaria para escribir una carta, que es una conversación pensada de antemano y por escrito, ¡mucho más en la conversación ordinaria donde uno se examina de discreción de modo precipitado! (…) No hay que pretender ser censor de palabras, pues será tenido por gramático y pedante; tampoco fiscal de frases, pues todos evitarán el trato. Al hablar importa más la discreción que la elocuencia”. En efecto, la impresión de artificiosidad que provoca el exceso de elocuencia, cierra las a los presentes las posibilidades de participar en una auténtica conversación. Primero por la inquietud de verse corregidos por quien actúa más como un gramático que como alguien dispuesto a dialogar de forma abierta; en segundo término, porque el exceso de retórica cierra el discurso sobre sí mismo, como un producto acabado al que los otros nada pueden aportar. De esta forma, se crea un monólogo autocomplaciente que, más allá de la mera apariencia, excluye cualquier posibilidad real de diálogo. No habrá, por tanto, a través del libre conversar aproximación común a ningún punto de acuerdo ni, en consecuencia, tampoco afianzamiento del sentir colectivo.

Profundizando aún más en ello, Gracián señala que en la palabra radica gran parte del poder que el ser humano tiene para hacerse a sí mismo y construirse un lugar en el que habitar, por ello insiste en la importancia de expresarse con prudencia, “con los competidores por cautela; con los demás por decencia. Siempre hay tiempo para soltar las palabras, pero no para retirarlas. Hay que hablar como en los testamentos: cuantas menos palabras, menos pleitos”. 

El poder del lenguaje queda ejemplificado de esta forma, por medio de algo tan crucial en la vida de una persona como es la elaboración de este documento. El ejemplo no podría ser más clarificador, pues no olvidemos que el peso de la palabra se hace notar de manera particular en el caso de un documento como éste, que recoge las disposiciones que hace una persona para que sean cumplidas por otros tras su fallecimiento. En él las palabras han de ser precisas, las justas para dejar claro lo que haya de hacerse y no suscitar duda alguna sobre ello.
Devoto de la claridad y la concisión expresiva, Gracián no puede dejar de tener presente el peligro que encierra el uso impreciso del lenguaje: generar confusión en lugar de comunicación. Podríamos pensar que aquí se encierra un ideal regulativo a propósito del uso del lenguaje, más  que una realidad. Es bien cierto que la precisión conceptual requiere un esfuerzo constante por parte de aquel que utiliza el lenguaje. 

Podríamos decir que, en la medida en que se consigue, es fruto de la voluntad consciente del hablante y nunca fruto de un azar venturoso. Quien toma en serio esta tarea lo hace porque, como ya hemos sugerido, sabe que la palabra abre o cierra la ocasión de compartir un momento decisivo, de fraguar un proyecto, de expresar un sentimiento que hace al otro capaz de comprender lo que somos. El poder que tiene es tal que ha de administrarse con cautela. La palabra debe ser vista, además, como el instrumento adecuado para la construcción y la expresión del pensamiento, pero no siempre resulta conveniente que los entresijos de éste sean transparentes para los demás. Esa es la razón de que sostenga Gracián que es aconsejable, “sin mentir, no decir todas las verdades”, ya que “no hay cosa que necesite más cuidado que la verdad, pues es sangrarse el corazón. Tan necesario es saberla decir como saberla callar. Con una sola mentira se pierde toda la reputación de rectitud. Al engañado se tiene por falto de juicio y al engañador por falso, que es peor. No se pueden decir todas las verdades: unas porque me afectan a mí y otras a los demás”. Como vemos, las cautelas que aquí se expresan responden a la estrategia de la prudencia, aunque también lo hacen a una toma en consideración del poder del lenguaje. Este último es tan grande que es propio de necios actuar como si las palabras no tuvieran ningún valor.

En efecto, la palabra es, como decíamos, el elemento básico con el que se construye el pensamiento. Ella es el apoyo más evidente que tenemos para poner en pie los procesos argumentativos. En consecuencia, no sólo expresamos una opinión, sino que también elaboramos el razonamiento sobre la base de las palabras. Ellas están unidas, por tanto, a formas de expresión y a procedimientos discursivos. A veces estos procedimientos pueden establecer rutinas en las que llega a ser peligroso permanecer encerrados. Pues no hay que olvidar, en este sentido, cómo los modos de hablar encierran esquemas acerca de las formas de pensar y los procedimientos comúnmente aceptados de actuar. Aconseja, pues, la prudencia “en ocasiones razonar de forma inusual”, alejarse todo lo posible de los caminos trillados por el transitar continuo de las gentes. Con ello, sostiene Gracián, se da “prueba de una capacidad superior”. Por añadidura, este filósofo de lo cotidiano no deja de ponernos sobre aviso de la importancia que tiene la discusión con los otros, en todos los órdenes que podamos contemplar. Lo que lleva aparejada una advertencia, en el sentido de desconfiar de quienes no discuten nuestros planteamientos, ya que habría que pensar que su permanente asentimiento o es fruto de la desconsideración hacia nosotros o resulta sospechoso por otros motivos. Así pues, “no hay que estimar a quien nunca nos contradice, pues no lo hace por afecto sino por beneficio propio. Uno no debe dejarse engañar por la adulación y premiarla, sino condenarla”. Así, el que nos invita a no contradecirnos porque él no nos contradice jamás, es alguien de quien podemos con justicia sospechar.

Hemos de tener presente que, a pesar de ser muy transitados, los lugares comunes no son, ni mucho menos, los más seguros. Wittgenstein nos ha enseñado que no es adecuado interpretar el contenido del discurso, atendiendo únicamente a la forma externa con la que lo expresado se presenta. Del mismo modo que no debemos prejuzgar, nos decía en su Tractatus Logico-Philosophicus, la forma del cuerpo partiendo tan sólo del conocimiento del aspecto que adivinamos a través del vestido que lo encubre. Algo similar a esto es lo que se nos dice también en El arte de la prudencia. En efecto, una de las tesis que subyacen a toda la obra viene a insistir en que la forma de la expresión no nos proporciona suficientes elementos de juicio para considerar de manera adecuada el contenido y mucho menos para conocer de antemano las intenciones de nuestro interlocutor.

Nos aconseja Gracián, en especial, que no olvidemos que “hay que razonar al  revés”, “cuando nos hablan maliciosamente” pues, como él mismo añade, “con algunos todo debe ir al revés: el sí es no y el no es sí”. En definitiva, la intención que pueda tener nuestro interlocutor no es ni mucho menos evidente, y lo es aún menos cuando tratamos con personas habituadas a ocultar sus propósitos a los demás. Es bien cierto que subyace, a este ejercicio de prudencia, el objetivo de buscar el éxito y ponerse al resguardo de los peligros de la vida social, pero no lo es menos que la actitud de quienes prudente busca al mismo tiempo, sino descubrir la Verdad –algo que el sabio aragonés consideraría sin duda ajeno a nuestras posibilidades reales-, sí al menos aproximarse a lo verdadero, ampliar su experiencia y conocimientos.

Sea como fuere, nada de esto significa que tengamos que reaccionar frente a lo que nos dicen los demás de una manera hosca o incivilizada, pese a lo grandes que puedan ser nuestras sospechas. Por el contrario, hay que saber expresar lo que queremos o decir lo que tengamos que decir de forma que no provoquemos en quien nos escucha un dolor innecesario. Es preciso, siempre que sea posible, hablar con “palabras de seda, con suavidad de carácter”. Gracián subraya que “las saetas atraviesan el cuerpo y el alma las malas palabras”, añadiendo que “la mayoría de las cosas se paga con palabras” 

Por lo demás, el poder de la palabra queda de sobra acreditado por su capacidad de configuración sobre todo lo que es relevante para el ser humano. Con palabras se construye nuestro mundo y éste no puede sostenerse al margen de ellas. Las palabras constituyen el sustrato en el que se asienta nuestro ser colectivo, sin el cual la existencia individual no puede encontrar fundamento positivo alguno. Tampoco podría encontrar sin palabras su sentido o, cuando menos, la ocasión de preguntarnos por él. No en vano concluye Gracián que, “lo que todos dicen o ya es o será” sosteniendo con ello que en base al lenguaje se constituye la realidad que habitamos.